El efecto cara lavada es un hit imparable en el ámbito de la belleza. Un look
que, contra lo que pueda parecer, requiere de una técnica impecable que
consiga recrear la ilusión de una tez sublime, en lo que realmente es
una labor de maquillaje incluso más minuciosa que cualquier otra.
Precisamente, para conseguir la perfección del rostro sin desvelar el
trabajo que requiere, surge el tightlining o, lo que es lo mismo, el eyeliner
invisible. Una técnica tan fácil de llevar a cabo, como sorprendente en
su resultado, que crea un efecto de aumento del tamaño del ojo y de
espesor en las pestañas tan natural que resultará imperceptible.
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PASOS A SEGUIR
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viernes, 24 de enero de 2014
EL EYELINER INVISIBLE O TIGHTLINING
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