El eterno dilema:
vencer la sed o movernos y renunciar a nuestro perfecto sitio en la playa. Con
motivo de la llegada del mes de playa por excelencia, Kaiku Caffè Latte ofrece
los tips para permanecer 100% hidratado sin abandonar la arena.
Que mejor que hacer en verano que seguir el
clásico ritual veraniego – bajar a la playa, localizar la latitud y longitud
adecuadas, y plantar allí la toalla de manera tan permanente como un edificio
de 100 metros de altura – puede hacernos olvidar una de nuestras grandes
necesidades vitales: la hidratación. El principal error veraniego
consiste, precisamente, en pensar que por estar al lado del agua mantenemos un
nivel adecuado de hidratación; cuando es al revés: olvidar la hidratación
cuando estamos más expuestos a golpes de calor y los rayos solares puede traer
consecuencias capaces de arruinar el día de playa: mareos, cansancio,
disminución de nuestra presión arterial e, incluso, convulsiones. Tener claras
distintas maneras de permanecer hidratado durante las largas jornadas bajo el
sol es esencial para su disfrute: Kaiku
Caffè Latte, la marca líder en España en el segmento
de café frío listo para tomar, comparte los trucos para cuidar la hidratación
sin renunciar a un minuto en la esperadísima playa. Happy hydration!
·
Beber antes de tener sed.
Si dijéramos “ponte crema solar antes de quemarte”, a todo el mundo le
parecería una evidencia. ¿Por qué no tenemos la misma concienciación con
permanecer hidratado, si es una necesidad igual de básica? La sed es un síntoma
– muy preliminar – de la deshidratación, y por ello debemos combatirla bebiendo
cada poco tiempo.
·
Alternar el consumo de agua con café.
Según un estudio de la universidad de Birmingham, el café tiene cualidades
hidratantes similares a las del agua: los individuos que consumieron cuatro
raciones de café al día mostraban la misma hidratación que aquellos que
consumieron su equivalente en agua. Siendo así, alternar esos dos aliados
(siempre que el café sea frío) es un truco que nos hará permanecer más
hidratados sumando las propiedades de ambos y asegurando una sensación
refrescante gracias a la temperatura fría y la leche fresca, que proporciona un
sentimiento de “frío en boca” muy codiciado en días calurosos a la orilla.
Además, el café nos mantiene despejados y puede combatir la molesta sensación
de embotamiento que precede a los golpes de calor.
·
“Comerte el agua”:
comer fruta ayuda a mantener los niveles de hidratación al tiempo que combate
el hambre. Existen frutas más recomendables que otras: melón, sandía, uvas o
cerezas son compañeros idóneos para llevarse a la playa – sobre todo si los
hemos mantenido refrigerados durante la noche, para hacerlos más apetecibles.
·
Aumentar nuestro consumo de potasio.
La pérdida de potasio puede darse cuando estamos en movimiento bajo un sol
intenso. El potasio tiene funciones fundamentales en la hidratación corporal, y
por eso es aconsejable incrementar su consumo en situaciones en los que el
cuerpo pueda perder agua. Las chirimoyas y el aguacate, además de dar un toque
muy tropical a nuestros snacks de playa, ayudan en esta función básica.
·
Buscar la sombra. Que
el calor deshidrata lo sabemos todos: aunque no sea una medida sustitutoria de
beber las raciones de agua adecuadas, es una manera de reducir la sensación de
deshidratación a corto plazo y de evitar un incómodo golpe de calor. Para ello,
nos debemos asegurar de siempre tener a mano una sombrilla o un sombrero.
·
Llevar a mano instrumentos aliados
para el frescor: neveritas, botellas de spray o, ¿por qué
no? una pistola de agua. Las neveras portátiles mantienen frías las bebidas
durante todo el día, haciéndolas más apetecibles; mientras que los sprays o las
pistolas de agua sirven para hidratar la piel del cuerpo, que también requiere
un aporte extra durante las jornadas de sol.
·
Comprobar si estamos “hirsty”:
thirsty (sediento en inglés) y hungry (hambriento) se unen en esta nueva
palabra que puede resultarnos de utilidad para comprobar nuestro estado de
hidratación a lo largo del día en la playa. ¿En qué consiste? A veces la sed se
disfraza de hambre: nos sobreviene una poderosa sensación de estar hambrientos
cuando, sin saberlo, lo que tenemos en realidad es sed. Para comprobarlo, al
tener esta sensación (y sobre todo si hemos consumido alimentos durante la hora
y media anterior) el mejor test será beber un vaso de agua y esperar 10
minutos. Si la sensación de hambre desaparece, es un síntoma de que lo que
necesitaba nuestro cuerpo era hidratarse.