Madrid, 6 de junio de 2014.
En primer lugar, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética
(Stanpa) manifiesta su respeto por la OCU y su labor en general, pero
desea
poner en duda la rigurosidad y metodología empleada en el análisis
de su informe sobre cremas antiarrugas, pues ha identificado, al menos, 10 errores metodológicos graves que invalidan las conclusiones y confunden al consumidor.
El
informe saca conclusiones obtenidas sin respetar los procedimientos
habituales para el análisis de los productos cosméticos a la luz de los
requisitos
legales y el estado de la ciencia y la tecnología.
Si
una compañía cosmética presentara sus resultados ante las autoridades
sanitarias de la forma en la que se exponen en el informe de la OCU, no
obtendría la aprobación. El estudio sobre 14 cremas antiarrugas es de calidad muy inferior al que realizan las compañías para medir de la eficacia de sus productos.
Los 10 errores metodológicos:
-
El mismo estudio, publicado en diferentes países, coloca a los productos en distinto orden y emite conclusiones diferentes.
Es injustificable que un mismo estudio publique resultados diferentes según el país en el que se difunde.
-
Los resultados de los productos aparecen alterados en función del país en el que se publicó el informe. En Francia,
Bélgica o Portugal, la crema situada en primer lugar tiene una eficacia antiarrugas percibida por los consumidores como
Mala (-), mientras que en el informe publicado en España, aparece como
Aceptable.
-
El estudio no dice dónde se ha realizado,
ni explica mínimamente las garantías de homologación o certificación de
sus
métodos. El estudio de la OCU utiliza una metodología de análisis
apenas descrita y explicada con expresiones como que se han realizado
“mediciones con distintos aparatos” para asegurar que las cremas
antiarrugas hacen poco. La publicación está llena de imprecisiones,
inaceptables en un estudio científico:
-
Hoy, cualquier estudio científico está obligado a total transparencia,
es
imprescindible especificar dónde se hace, quienes son los autores y qué
acreditaciones tiene el laboratorio e instrumental utilizado.
-
Esto es imprescindible en ciencia, para garantizar la neutralidad técnica.
-
Sólo
si se describe en detalle el método, otro laboratorio podría reproducir
el mismo estudio para ver si obtienen resultados similares.
Con los datos hechos públicos, se niega toda posibilidad de
reproducibilidad del estudio. Las compañías están en total indefensión
ante la ausencia de transparencia metodológica.
-
La muestra utilizada ha mezclado mujeres de entre 31 y 70 años,
lo que supone una diversidad en la madurez de la piel
y en las necesidades de tratamiento completamente distintas, pues nada
tiene que ver una piel de 31 años con una de 70. Esto cuestiona la
validez de las conclusiones.
-
El tratamiento estadístico de los datos no ha sido explicado y las referencias a ello son imprecisas y, probablemente
erróneas. No se han publicado los resultados directos de las medidas científicas.
-
Los estudios de referencia en antiarrugas deben medir, al menos, cuatro valores:
a)
Número total de arrugas
b)Longitud de la arruga (en mm)
c)
Superficie total (mm2)
d)Profundidad de la arruga (en
µm)
§
No
se dan ninguno de estos resultados ni se presentan en % de reducción,
que es la medida verdaderamente objetiva. Estos datos se presentan en
una tabla
con una escala de números con una puntuación absolutamente opaca y que
no existe en ninguna directriz de eficacia antiedad.
-
No está claro el número de mujeres participantes en el estudio. El mismo estudio publicado en distintos países
afirma, en unos casos que participaron 995 mujeres mientras que en otros, indica que participaron 450,
lo cual es inexplicable y cuestiona la fiabilidad de la información.
Además, no se especifica qué tipo de evaluación dermatológica previa se
realizó, algo imprescindible en este tipo de estudios.
-
El estudio dice que ha utilizado un “producto estándar
elaborado por el laboratorio de eficacia conocida” como comparación. No existe tal producto.
-
Un
laboratorio de ensayo no es un fabricante de cosméticos, por lo que es
injustificable que se utilice este supuesto producto. En ciencia, está
totalmente prohibido la utilización de productos
secretos por motivos éticos y de garantías a los participantes.
-
Ninguna
comunidad científica ha reconocido la existencia de un supuesto
producto estándar que sirva como referencia para los demás experta en
antiedad. Las técnicas utilizadas (corneómetro y FOITS)
no utilizan ningún estándar como comparación.
-
La reivindicación “antiarrugas” no se basa en una sola forma de actuación sino hasta en 7 factores, lo que ignora totalmente
el informe de la OCU, excesivamente simplista.
§
Es
un error considerar para la diversidad de productos antiedad, la medida
de solo 2 factores. Hoy en día, en función de los productos, se miden
hasta
siete factores, pues el tratamiento de la piel requiere un enfoque
integral.
§
La
hidratación es un objetivo básico de cualquier producto de cuidado de
la piel, pero todos los demás pueden ser variables. Hoy, la dermatología
ha identificado
al menos 7 diferentes signos de envejecimiento cutáneo, por lo que
diferentes productos pueden estar formulados para atender unos u otros
objetivos, en función de la tecnología.
§
El
método FOITS es uno de los utilizados, pero no el único. La evaluación
objetiva de la eficacia de un producto antiedad requiere de su técnica
instrumental
adecuada:
1.
Hidratación – corneómetro
2.
Elasticidad – cutometría
3.
Reafirmante – cutométría
4.
Alisado
de la piel. Relieve cutáneo – proyección de sombras, proyección de
franjas y análisis de imágenes por quantilines y quantirides, macro y
micro
fotografías, face scan, dermatop…
5.
Antiarrugas
– número, longitud, profundidad y superficie con proyección de sombras
en moldes de silicona y FOITS, quantilines y quantirides.
6.
Uniformidad del tono – mexametría, macrofotografía,…
7.
Regeneración celular – test DHA y colorimetría
§
Los
productos mezclados en el estudio tienen diferentes objetivos, unos son
más orientados a la pérdida de elasticidad, la flacidez, el alisamiento
de
la piel, la homogeneidad del tono o la regeneración celular. Se ha
medido a todos con un único parámetro, de manera errónea, subjetiva y
con métodos que simplifican el resultado que se busca en el producto.
Los efectos buscados pueden ser más intensos y a
más largo plazo.
-
Sorprende que
el informe no considera el resultado favorable declarado por las propias mujeres encuestadas, limitándose a decir que “sí que está de parte de las cremas” pero no ha otorgado valor a la autoevaluación por las consumidoras, que sí es una parte considerada
científicamente necesaria en los estudios acreditados.
-
Sin
base científica alguna, el informe incita a despreciar expresiones como
“dermatológicamente testado” o “con control dermatológico”.
Estas informaciones están reguladas en las directrices de la Comisión
Europea y aportan una información de gran valor para el consumidor. El
propio estudio no menciona la participación de dermatólogos ni la
realización del control previo obligatorio de las
mujeres participantes por un dermatólogo.
La ciencia detrás de la cosmética
Una
gran parte de la inversión en I+D de la industria cosmética se destina
al desarrollo de productos contra el envejecimiento. Gracias
a la investigación, hoy en día conocemos mucho mejor cómo envejecemos.
Hay productos que ejercen un efecto antiedad inmediato (flash) y otros
que actúan más a largo plazo mediante diferentes mecanismos:
hidratación, protección frente a la radiación solar,
efecto antimanchas, luminosidad y efectos tensores, etc. Un buen
producto responde a años de investigación en la que participan equipos
multidisciplinares: dermatólogos, químicos, físicos, biólogos y demás
expertos que trabajan en el campo de la protección
y cuidado de la piel, frente a los distintos y complejos mecanismos que
ocasionan la pérdida de características de la piel con el paso del
tiempo. Hay toda una tecnología de última generación que estudia los
efectos de los ingredientes novedosos.
Como representante institucional del Sector, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) se pone a disposición
de los medios de comunicación como fuente de información ante cualquier cuestión suscitada a tenor del estudio de la OCU.